jueves, 15 de diciembre de 2016

Libros de texto para la enseñanza de idiomas

Para impartir una clase de lenguas extranjeras actualmente se sigue a raja tabla (quizás por tradición) el guión y formato de un libro de texto. Esta es una práctica cada vez más rechazada por las nuevas generaciones de docentes quienes aumentan y complementan el temario con actividades o información adicional para mantener o aumentar el nivel de sus alumnos dado que muchos libros se quedan cortos en vocabulario o ejemplos de uso práctico.


Lo esencial para una clase de idiomas, y para cualquiera en realidad, es que el docente lleve preparada de casa la sesión. No valen las improvisaciones, las clases deben ir planteadas anteriormente para que se siga una estructura lógica que mantenga a los alumnos atentos y lo más participativos posible.

El profesor se debe marcar unos objetivos, ya sean diarios, semanales o mensuales sobre la adquisición de distintas destrezas sobre la lengua y poner en práctica todas las actividades necesarias para alcanzarlas. Además, también es importante que los alumnos conozcan el objetivo que se les tiene adjudicado para que pongan ganas en conseguirlo.


Durante le primer día de clase es básica la presentación de los materiales que se van a emplear y el formato que van a seguir las sesiones. Para ello, hay que mostrarles a los alumnos los diferentes libros que se van a utilizar (student's book, workbook, libros de lectura adecuados al nivel, si se va a usar material adicional proporcionado por el profesor,). Además, hay que fijarse durante esos primeros días en el tipo y variedad de alumnos que se tiene para poder ajustar el ritmo de la clase de forma en la que se mantenga a la mayor parte de ellos atentos.








En cuanto el profesor entra en la clase y observa a los alumnos, debe detectar quién falta y si el ambiente está tranquilo o alterado para saber cómo actuar para captar su atención y conseguir un buen ambiente de trabajo.


El desarrollo normal de una sesión debería estar repartido en las siguientes partes:


- Introducción: usar algún elemento o tema de la clase anterior para enlazar con los contenidos de ese día y así poder conectar los contenidos.


- Objetivos


- Contenidos: estos estarán adecuados al nivel de la clase y relacionados con la temática que "marque" el libro de texto. Estos podrán estar complementados por más fichas con vocabulario, gramática u otro tipo de ejercicios que ayuden a aumentar los conocimientos de los alumnos.


- Ejercicios: relacionados con la temática. El nivel de estos, al igual que el del temario, irá aumentando progresivamente para que los estudiantes vayan incrementando sus aptitudes de forma gradual.


- Recapitulación: resumen breve y claro de todo lo visto en esa sesión para comprobar que todos han entendido lo hecho.


- Identificación y resolución de problemas: durante la última parte de la clase se animará a los alumnos a hacer las preguntas que consideren oportunas y que estén relacionadas con la materia. Sus dudas se resolverán de la manera más sencilla y clara posible para que queden bien solucionadas.


- Deberes: esta parte depende del tipo de docente que imparta la clase. Algunos prefieren enviar deberes una vez a la semana para que los hagan durante el fin de semana y otros entre semana. Desde el punto de vista de la que escribe, la cantidad de ejercicios para realizar en casa dependerá del tiempo que les demos para realizarlos. Así, lo más importante será que practiquen fuera del aula la gramática, el reading y el writing y en el aula se fomentará el speaking y el listening.


Realmente, el desarrollo de la clase, como ya se ha mencionado anteriormente, dependerá de las características del docente y de la(s) corriente(s) educativa(s) con la(s) que más se identifique. En la sociedad actual, y dada las generaciones de adolescentes que son puramente digitales, las clases tendrían que estar adaptadas a los nuevos avances tecnológicos para poder mantener un ambiente de interés constante durante la sesión.


El aprendizaje de idiomas es cada vez más un must en lo que se refiere a la educación y el mundo laboral. El conocimiento de otras lenguas está muy bien valorado en una comunidad global que abarca todos los continentes y es por eso que los docentes deben fomentar este espíritu de aprendizaje de otros idiomas para que los estudiantes vean en ellos una oportunidad que les abrirá muchas puertas en su futuro.






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